Llevar una dieta sana y equilibrada durante todo el embarazo es muy importante para tu salud y la del bebé.
Ahora que nos encontramos en la estación más calurosa del año, las mujeres embarazadas han de cuidarse especialmente porque el calor propicia la deshidratación, y puede provocarnos una bajada de tensión, mareos, desmayos... además una dieta rica en nutrientes hará que sobrellevemos mejor las altas temperaturas.
A continuación tienes un índice con los 3 puntos que vamos a tratar en este artículo.
La importancia de la hidratación
Para evitar complicaciones como las que hemos descrito en el párrafo anterior, en los días de más calor seleccionaremos aquellos alimentos que nos aporten los nutrientes y la hidratación necesaria. Como las frutas, las verduras y los productos lácteos.
- Las frutas aportan muchas vitaminas y minerales como vitamina C, ácido fólico, potasio, betacaroteno, magnesio e hidratos de carbono, además son muy refrescantes. Aprovecha la gran variedad que tenemos en esta época del año.
- Las verduras, son alimentos bajos en calorías que aportan fibra, minerales y vitaminas. Para cocinarlas es preferible hacerlo con poca agua y al vapor para que pierdan la menor cantidad posible de nutrientes.
- Los productos lácteos, no pueden faltar porque aportan calcio, vitamina B2, D y proteínas. En verano resultarán apetitosos los yogures porque son fáciles de digerir, refrescantes, y pueden combinarse con trozos de fruta y cereales.
Otros consejos
- Puede ser que baje tu apetito debido al calor, pero no debes descuidar la dieta, por lo que puedes aprovechar las horas más frescas del día para comer de forma más completa, como durante el desayuno, y hacer comidas y cenas más ligeras. Realiza ejercicio físico antes de comer, como dar un paseo, esto puede abrirte el apetito.
- Es importante hidratarse durante todo el día bebiendo agua, bebidas isotónicas y zumos.
- Evita comidas copiosas que hacen las digestiones más pesadas, por lo que el organismo trabajar más para digerir el alimento y se genera más calor.
- Controla la sal que tomas durante el embarazo es importante. Un exceso de sodio provoca retención de líquidos, un problema común durante el embarazo.
- En verano solemos comer con más frecuencia fuera de casa. Evita pedir mariscos, mahonesas, salsas caseras y huevos en locales que no conozcas, el calor y la mala conservación pueden favorecer la proliferación de Salmonella.
- Cuidado con las frutas y verduras mal lavadas porque pueden contener un protozoo causante de toxoplasmosis, enfermedad que puede ser mortal para el feto, si no estamos inmunizadas.
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