Según un estudio realizado en Estados Unidos por el Instituto Nacional de la Salud (NIH) y el Instituto Nacional de Salud del Niño y Desarrollo Humano, es posible evitar el parto prematuro de forma sencilla e inocua, sin ningún tipo de efecto secundario ni para la gestante ni para el recién nacido. Esta nueva investigación concluye no sólo con esperanzadores datos sobre reducción de partos prematuros sino también un menor nivel de distrés respiratorio en los neonatos cuyas madres han sido sometidas a esta técnica.
El parto prematuro constituye un problema de gran relevancia en nuestra sociedad actual por las repercusiones que tienen tanto en el recién nacido y la madre como en el entorno familiar pero, además, por la gran repercusión económica que tiene en el sistema sanitario. Suele ir asociado a gestante de alto riesgo en las cuales el cuello de útero mide menos de lo habitual pero, además, pueden tener el cuello algo más blando y debilitado de forma que, en torno al segundo o tercer trimestre del embarazo, el cuello puede empezar a borrarse y desencadenar un parto prematuro.
Hasta el momento, se tenía constancia del efecto de la progesterona en cuanto a la reducción del parto prematuro pero se desconocía si podía tener algún tipo de efecto secundario o repercusión como consecuencia de la prolongación artificial de la gestación que la utilización de esta hormona supone.
Este estudio pone de manifiesto su seguridad de forma contundente. El estudio ha sido realizado en un total de 458 mujeres, todas ellas diagnosticadas de cuello uterino corto, pero sin ningún tipo de sintomatología clínica. Una parte de ellas recibirá el tratamiento a base de gel vaginal de progesterona y el resto recibirá un placebo como grupo de control, en todos los casos entre las semanas 19 y 23 de gestación.
Los resultados son impresionantes, a partir de la trigésima tercera semana de gestación el número de partos prematuros se reduce en un 45% en el grupo de estudio frente al grupo control al que fue administrado el placebo. Además, se detectan menos casos de complicaciones respiratorias (distrés) en las hijos de las madres que han sido medicadas frente a las madres que reciben el placebo.
La ginecóloga del Hospital Universitario de Guadalajara, Maria Jesús Cancelo, afirma al diario El Mundo la trascendencia e importancia de estos resultados ya que se trata de un sencillo tratamiento que puede llevar a la mitad el volumen de partos prematuros. Podría tener implicaciones incluso en la práctica clínica puesto que la medida del cuello de útero no es una prueba que se realice de forma rutinaria. Cabe, por lo tanto, plantearse su idoneidad para detección del riesgo y posible tratamiento y abre nuevas vías de investigación al respecto.
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