Silvia Azaña, embrióloga en Reproducción Asistida ORG, nos habla en este vídeo acerca de si hay que beber más agua durante la lactancia.
No solo es importante cuidar la hidratación durante el embarazo, sino también después de haber dado a luz. Durante la lactancia y, teniendo en cuenta que más de un 85% de la leche materna es agua, es importante un correcto aporte de agua para así compensar la pérdida por la producción de leche.
La recomendación, a modo general, es añadir 700 mililitros adicionales a la ingesta recomendada de 2 litros diarios de agua. El motivo es que, si bien aumenta de manera progresiva, a los 6 meses de lactancia materna exclusiva la mujer produce unos 780 mililitros de leche al día. Esto puede variar, por ejemplo, si la mujer está amamantando a gemelos o mellizos, lo que supondría una mayor pérdida de agua para la madre. De igual modo, la actividad física y vivir en un clima cálido son factores a tener en cuenta, ya que aumentan los requerimientos de agua de la mujer.
No obstante, durante la lactancia y, en concreto, en el momento de amamantar al bebé, es habitual que la mujer experimente sensación de sed. Por ello, un buen consejo es que la mujer tenga cerca un vaso de agua cuando vaya a dar el pecho al bebé, para así favorecer la ingesta y evitar la deshidratación.
En cuanto al bebé, la leche materna cubre todos sus requerimientos durante los seis primeros meses de vida, por lo que en este periodo no es necesario ni recomendable ofrecerle agua.