Silvia Azaña, embrióloga en Reproducción Asistida ORG, nos cuenta en este vídeo los posibles problemas que pueden surgir tras la estimulación ovárica en un tratamiento de fecundación in vitro (FIV):
La estimulación ovárica controlada consiste en la administración de fármacos hormonales para provocar un desarrollo folicular múltiple en los ovarios de la mujer. Si lo normal en un ciclo menstrual es desarrollar un folículo que de lugar a un óvulo maduro, con la medicación hormonal se pretende obtener varios óvulos para poder ser fecundados y así se consiguió aumentar la probabilidad de embarazo. Sin embargo, tanto la administración de hormonas como la intervención para extraer los óvulos de los ovarios de la mujer, lo que se conoce como función ovárica o punción folicular, tienen ciertos riesgos que la mujer debe conocer antes de iniciar una FIV.
Uno de ellos es el síndrome de hiperestimulación ovárica que consiste en que los ovarios tienen una respuesta muy exagerada a la medicación hormonal. Se desarrollan muchos folículos y los ovarios crecen en exceso. Los síntomas de la hiperestimulación ovárica son dolor e hinchazón, náuseas, diarrea, aumento de peso.... En los casos más graves puede aparecer ascitis, taquicardia y dificultad para respirar.
Por otro lado, hay que mencionar los riesgos de la extracción de los óvulos. La punción ovárica es una intervención quirúrgica sencilla que se realiza con sedación. Los posibles efectos de la anestesia son malestar, mareos o una bajada de presión. Sin embargo, una complicación que podría ocurrir durante la punción ovárica es el daño a otros órganos cercanos de la pelvis, lo que podría causar hemorragias o una infección.