La infertilidad generalmente se diagnostica si una mujer no ha quedado embarazada luego de mantener relaciones sexuales sin protección (es decir, sin utilizar métodos anticonceptivos) durante un año. Sin embargo, en la mujer soltera hay que considerar el resultado de los tratamientos de reproducción asistida para poder evaluar si tiene un problema de fertilidad o no.
En las mujeres solteras se suele recomendar empezar con tratamientos de reproducción asistida cuando tengan deseo de embarazo. Las opciones de tratamiento varían en función de la edad y de la reserva ovárica de la mujer.
Si no existe ninguna patología previa, se suele comenzar con la IAD y se recomienda realizar 3-4 ciclos antes de pasar a la FIV con semen de donante. Si la mujer no logra embarazo tras los ciclos de FIV que se consideren necesarios se puede diagnosticar un problema de esterilidad, del que algunas veces, desafortunadamente, no se puede identificar la causa principal.
