El aceite de onagra o aceite de prímula es un compuesto rico en ácidos grasos esenciales omega-6 obtenido de forma natural a partir de las semillas de la Oenothera biennis.
Son muchos los beneficios atribuidos a este aceite en la esfera de la salud. Concretamente, en el ámbito de la reproducción humana asistida, se considera que el aceite de onagra puede contribuir regulando el ciclo menstrual en casos de síndrome de ovario poliquístico o de ciclos irregulares sin organicidad asociada. Así mismo también se le atribuye el poder de aumentar la cantidad de moco vaginal, el cual favorece el ascenso de los espermatozoides desde el cérvix y su supervivencia, multiplicando así las probabilidades de la concepción.
La presentación de este compuesto en el mercado es variada, siendo las cápsulas, la preferida por los usuarios. La posología indicada de cara a un tratamiento de fertilidad sería la siguiente: inicio del tratamiento el primer día de la menstruación manteniendo la administración diaria hasta el día de la ovulación. Momento en el que interrumpiríamos la ingesta del mismo, retomando la pauta de igual forma en el siguiente ciclo menstrual.
La dosis recomendada de aceite de onagra para mejorar la fertilidad usualmente es de 500-1500 mg/día un máximo de 6 meses. No se han documentado efectos adversos graves, sin embrago en algunos casos pueden aparecer efectos secundarios leves tales como molestias digestivas (gastralgia leve, sensación nauseosa, diarrea …) o cefalea. No obstante, antes de comenzar a tomar aceite de onagra, es necesario consultarlo con un especialista para evaluar posibles contraindicaciones, tales como la idoneidad según el perfil del paciente o interacción medicamentosa (debería evitarse si se toman medicamentos antihipertensivos o anticoagulantes). En casos de gestación o lactancia activa su uso es cuestionado, ya que no se dispone de estudios de seguridad específicos.
Concluimos así que su uso bajo supervisión médica podría ser beneficioso. Sin embargo, a pesar de los aparentes beneficios que podría proporcionar su ingesta la evidencia científica disponible es aún hoy limitada, por lo que la comunidad científica no ha estandarizado su uso a nivel general.
