No hay una técnica mejor que otra, simplemente cada una se ajustará mejor a unas u otras situaciones. Ambas tienen ventajas y desventajas.
Por ejemplo, la donación de embriones tiene un precio más bajo. Sin embargo, los embriones provienen de un tratamiento de FIV por lo que es posible que la calidad de los gametos de los que proceden no sean excelente. También puede ocurrir que los gametos, al menos uno de ellos, sea de donante y por tanto, no afecte demasiado a la calidad de los embriones.
Por el contrario, en doble donación, los embriones proceden de gametos de alta calidad, por lo que generalmente la probabilidad de éxito es mayor.
Por otra parte, la donación de embriones supone un paso más en el proceso reproductivo en comparación con la donación de gametos, en la que se debe realizar todavía la fecundación y el cultivo embrionario.
Lo ideal es determinar la técnica más adecuada tras valorar, de forma personalizada, los pros y los contras de ambos procesos, considerando las características de cada paciente y cada situación de infertilidad.
