Se cuenta desde la última menstruación para poder determinar con mayor exactitud el tiempo de embarazo, pues la mujer sabe exactamente el momento en que le baja la regla pero no hay manera de saber cuándo se produce concretamente la fecundación.
Lo cierto es que es algo extraño hablar de semanas de embarazo cuando no se ha producido la fecundación. Por ello, hay quienes empiezan a contar desde el momento en que intuyen que ha tenido lugar la fecundación, basándose en que en un ciclo regular, ésta tiene lugar unas dos semanas después de la bajada de la regla.
Estas variaciones son las que hacen que haya ocasiones en las que se hable de 9 meses de embarazo y en otras de 10 meses de embarazo. No obstante, lo habitual es considerar que el embarazo consta de 40 semanas desde la fecha de la última menstruación.