IVI Las Palmas responde a nuestros lectores
Por supuesto que el estilo de vida es importante. Existen una serie de hábitos que por habituales o ya asumidos no se les da la verdadera importancia que tienen y que pueden condicionar la fertilidad de una pareja. De esta manera, la obesidad, el estrés, el tabaco, el alcohol o las drogas son factores que pueden afectar la cantidad y/o calidad de espermatozoides y ovocitos y por tanto condicionar la fertilidad, tanto natural como con tratamientos de reproducción asistida.
Podríamos decir que “vida sana”, intentando además controlar el estrés y la ansiedad que en muchos casos se dan en los tratamientos de reproducción.
Quizá por su frecuencia pero antes de iniciar el tratamiento, no sólo cuando se vaya a realizar, recomendaría si no abandonar el consumo de tabaco, sí disminuirlo de forma importante, además de unos hábitos nutricionales correctos, evitando tanto la obesidad como el bajo peso, y por supuesto, abandonar el consumo de drogas y alcohol.
La obesidad va acompañada de una serie de alteraciones endocrinas y metabólicas que determinan una serie de alteraciones a nivel ginecológico (hiperandrogenismo, hiperinsulinemia, anovulación, etc). Por supuesto, en los ciclos de reproducción asistida, se relaciona con estimulaciones ováricas de mayor duración y necesidad de dosis más elevadas de gonadotrofinas. También con unos resultados peores en cuanto a mayores tasas de cancelación por baja respuesta, tasas de implantación y gestación más bajas, y mayor tasa de aborto.
Está claramente demostrado que el tabaco, el alcohol y las drogas afectan la calidad de los espermatozoides, así como también lo hacen la obesidad y los malos hábitos alimentarios. Una dieta pobre en antioxidantes (vitaminas E, A, C, B-12, carnitina, arginina, selenio, etc.) actúa negativamente sobre el ADN espermático. De igual manera, la carencia de folatos, esenciales en el desarrollo de las células germinales, es muy perjudicial.
Existen diversos factores o tóxicos ambientales que sí son importantes, sobre todo para la fertilidad masculina, como la exposición directa al calor que ocurre en determinadas condiciones laborales, o la exposición a radiaciones o a algunos pesticidas, dioxinas, etc. También la sustancia química Bisphenol A (BPA), con efecto deletéreo en la fertilidad masculina, utilizada en la producción de diversos materiales de uso cotidiano (plásticos, resinas, PVC) que son difíciles de evitar. Por ejemplo, la película que recubre el interior de todas las latas y conservas alimenticias.