También podemos evaluar la calidad seminal a través del estudio del contenido genético de los espermatozoides. Por un lado, podemos estudiar la integridad del ADN, fundamental para conseguir un correcto desarrollo embrionario. Sin embargo, en ocasiones este se encuentra fragmentado. El test de fragmentación evalúa el porcentaje de espermatozoides fragmentados en el eyaculado.
Por otro lado, podemos estudiar si los espermatozoides tienen un contenido cromosómico correcto a través del estudio FISH (se valora 5 pares de cromosomas) o Chromosperm (se evalúa un perfil cromosómico general). Un eyaculado con un porcentaje elevado de espermatozoides cromosómicamente alterados podría dar lugar a un mayor número de embriones aneuploides.
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