Uno de cada 4 embarazos de una mujer normal acaban en aborto del primer trimestre. Es una situación relativamente frecuente, por tanto, pero que genera mucha preocupación en las pacientes. En mujeres mayores de 35 años la causa fundamental es la cromosómica, es decir, una alteración genética del embrión que dificulta su implantación o evolución, fundamentalmente, por la edad materna.
Después de haber tenido un aborto, el riesgo de sufrir otro es del 20%, pero si se ha tenido tres o más, el riesgo aumenta hasta el 45%.
Realmente no hay nada para prevenir que ocurra, aunque sí es importante mantener hábitos saludables, acudir regularmente a los controles de gestación y tomar suplementos vitamínicos. Es fundamental intentar superar el trance y reanudar la búsqueda gestacional en un par de ciclos tras el aborto.