Con la Inseminación Artificial pueden alcanzarse tasas de éxito de hasta el 30 % (dependiendo de la edad de la paciente) tras 3-4 intentos. Si el embarazo no se logra después de esos intentos, solemos proponer algún tratamiento de mayor complejidad como una Fecundación in vitro (FIV).
El hecho de haber realizado un tratamiento de estimulación ovárica previo para la inseminación artificial nos permite ver cómo responde el ovario a la medicación, aunque sea a dosis mucho mas bajas. Nos permite saber también cómo se desarrolla el endometrio y si hay algún problema a ese nivel.
Definitivamente empezamos el ciclo con más informaciones que si no hubiésemos realizado ninguna estimulación previa, aunque las técnicas suelen ser muy diferentes a nivel de dosis de medicación hormonal, siendo el objetivo con la FIV el de reclutar un gran número de folículos, mientras con la inseminación artificial máximo 2.
