Para que la inseminación artificial sea exitosa y se pueda lograr el embarazo, es necesario que la mujer tenga una buena reserva ovárica y sea capaz de ovular naturalmente, ya sea de forma espontánea o a través de la medicación.
Por esta razón, generalmente, no se hace una inseminación artificial a mujeres por encima de los 37 años, ya que, aproximadamente a partir de los 35 años, la reserva ovárica va decayendo de forma progresiva hasta su completo agotamiento entre los 45 y los 55 años de edad.
Otro requisito fundamental con respecto a la mujer, tanto para la IA conyugal como de donante, es la permeabilidad de las trompas de Falopio, al menos en una de ellas.
Puedes leer el artículo completo en: ¿Qué riesgos o consecuencias puede tener la inseminación artificial? ( 306).
Andrea Rodrigo
Licenciada en Biotecnología por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) con Máster Universitario en Biotecnología de la Reproducción Humana Asistida, impartido por la Universidad de Valencia en colaboración con el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). Postgrado de Experto en Genética Médica.