Cuando una pareja decide someterse a un tratamiento de fertilidad es de vital importancia entender que es un proceso de dos y ambos deben ayudar y complementarse para conseguir el objetivo: el embarazo. Es un recorrido largo y complejo que requiere altas dosis de estabilidad emocional y de complicidad en la pareja. Por tanto, deben estar mentalmente preparados antes de iniciar un proceso. En el caso de ser una mujer que quiera ser madre, es muy importante que esté segura de comenzar el proceso en solitario y cuando sea necesario, pedir ayuda a algún familiar o apoyarse en el equipo médico.
Sea cual sea el modelo de familia, todos los pacientes deben comprender que es un camino largo que debe seguirse paso a paso y que presenta varias fases en su recorrido. Cada una de ellas necesita ser explicada y bien entendida por ambos. La comunicación constante con la clínica es fundamental para entender qué estamos haciendo en cada momento y por qué lo hacemos. La información explicada por parte del cuadro médico es fundamental. Por ello, está en nuestras manos ofrecer serenidad y confianza a ambos miembros de la pareja.
La información en internet es con frecuencia difícil de gestionar debido a que hay un gran volumen de explicaciones que no ayudan a la compresión del proceso reproductivo. A veces se acude a sitios de procedencia no suficientemente acreditada y contribuyen más a la desinformación que a la ayuda efectiva.
Consultar las dudas con los médicos durante el proceso reproductivo o comentar su situación con algún familiar o amigos de confianza, suele ayudarles a estar más tranquilos.