La fertilidad depende de múltiples factores, pero existen pruebas básicas con las que podremos saber si existe algún problema que dificulte el conseguir un embarazo de forma natural.
En el caso de las mujeres tendremos que valorar principalmente el estado de la reserva ovárica con una ecografía en la que hagamos un recuento de folículos antrales y una analítica para medir el valor de la Hormona Antimulleriana (AMH). Además, en la misma ecografía habrá que valorar el estado general del útero y de los ovarios para descartar cualquier patología que pueda dificultar un embarazo, tales como miomas, pólipos o malformaciones uterinas y en los ovarios ver que no haya quistes. Además, es muy importante siempre tener en cuenta la edad, ya que, aunque todos los hallazgos sean normales, por el simple hecho de ser mayor de 35-40 años, ésta puede ser la causa directa de una disfunción reproductiva.
En el caso de los hombres, hay que valorar el semen realizando un seminograma, donde se analizan la cantidad, la movilidad y la morfología de los espermatozoides presentes en una muestra. Si existe alguna alteración a este nivel, las probabilidades de embarazo de forma natural podrían estar disminuidas.