Silvia Azaña, embrióloga en Reproducción Asistida ORG, nos cuenta en este vídeo cuáles son las señales que indican que el momento del parto está acercándose:
Unas semanas antes de que se produzca el parto, la embarazada puede sentir unas molestias en la pelvis. Al mismo tiempo, se aliviará la tensión en la caja torácica, por lo que la mujer podrá respirar mejor.
Esto es debido a que el bebé desciende y encaja su cabecita en la pelvis de la mamá orientándose hacia el canal del parto.
Por otro lado, una vez que comienza el tercer trimestre de embarazo la embarazada puede notar algunas contracciones. Sin embargo, las contracciones no siempre indican que el parto va a comenzar. Y es que lo más habitual es que al inicio del tercer trimestre sean contracciones de Braxton Hicks. Son contracciones irregulares, contracciones esporádicas del útero y de menor intensidad en comparación con las contracciones de parto.
Sin embargo, como estas contracciones de Braxton Hicks pueden confundirse con las contracciones propias del parto puede producirse una falsa alarma. Por ello, es importante saber que las contracciones de parto van aumentando en intensidad progresivamente. Las contracciones de Braxton Hicks, aunque pueden ser molestas, duran un instante.
El cuello de útero también madura según se va acercando el parto. Es una etapa donde se producen cambios en la forma, la posición y la consistencia del cérvix.
Otro signo característico es la expulsión del tapón mucoso. El tapón mucoso es una mucosa muy densa que comienza a segregar el cuello uterino entre la semana cuatro y seis de embarazo. Esta sustancia gelatinosa sella la entrada al útero y actúa protegiendo al feto de infecciones.
Cuando se expulsa el tapón mucoso, es reflejo de la cercanía del parto, aunque no tiene por qué ser inminente. El tapón mucoso se advierte como un flujo muy espeso y viscoso. Puede tener una coloración transparente, amarillenta incluso levemente sanguinolenta debido a que en su expulsión puede romperse algún capilar sanguíneo. No debe confundirse con el flujo en general más denso que experimenta la embarazada durante toda la gestación.
Si la eliminación del tapón mucoso no se acompaña de contracciones o de rotura de aguas no es preciso que la embarazada acuda al hospital.
En la recta final del embarazo los cambios en el cuello uterino y algunas contracciones esporádicas pueden facilitar el desprendimiento del tapón, pero no significa que el parto sea inmediato. En cambio, si el tapón mucoso se acompaña de un sangrado abundante sí debe acudirse a urgencias de inmediato.
Las contracciones verdaderas de parto son siempre dolorosas y se producen cada vez con más frecuencia. Se debe ir al hospital cuando se produzcan contracciones uterinas cada 5 minutos durante más de una hora. Si se trata de un embarazo gemelar, se recomienda acudir al hospital cuando las contracciones uterinas se produzcan a intervalos de 10 minutos.
A medida que el momento del nacimiento se vaya acercando, las contracciones uterinas serán más seguidas y de mayor intensidad. También el saco del líquido amniótico se rompe en el momento del parto. Tras su ruptura, el líquido amniótico se elimina a través de la vagina. Esto es lo que se conoce popularmente como romper aguas. Es bastante notorio porque es una cantidad considerable que empapa a la futura mamá. Si la coloración del líquido amniótico expulsado es transparente, todo va bien.
Sin embargo, habrá que acudir al hospital puesto que el parto puede comenzar en cualquier momento. Si se trata de un primer embarazo puede que el parto tarde pese a haber roto aguas. En cambio, si la coloración del líquido amniótico es oscura puede haberse producido la primera defecación del niño lo que se conoce como meconio. Hay que dirigirse inmediatamente a urgencias porque si el bebé aspira a este líquido amniótico con meconio puede haber complicaciones.
Del mismo modo, si la rotura de la bolsa amniótica se produjese antes de salir de cuentas, es inaplazable acudir a urgencias.
