Lo cierto es que la calidad de los óvulos es uno de los factores clave a la hora de buscar el embarazo. En este punto, la edad de la mujer es clave. Cuanto mayor sea la mujer, menor calidad tendrá su reserva ovárica.
Conocer la calidad de los óvulos antes de someterse a un tratamiento de fertilidad es muy complicado y no hay pruebas para ello. Lo que sí podemos hacer es una aproximación en la cantidad de óvulos que podemos esperar. Hay varias pruebas, aunque las principales son la medición de la hormona antimülleriana o el recuento de folículos antrales en una revisión de ultrasonido. Con estas dos pruebas, un ginecólogo puede darle una idea de su reserva ovárica.
Hay patologías determinadas que pueden afectar a esta calidad, independientemente de la edad de la mujer. No obstante, el paso de los años hace que las células de nuestro cuerpo envejezcan, entre ellas los óvulos. Así pues, una mujer menor de 30 años tendrá muchas más probabilidades de quedar embarazada que una mujer de 37. Además, a partir de los 40 años, es cuando el deterioro de los óvulos hace que sea muchísimo más difícil conseguir un embarazo a término.
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos entender la importancia de conocer la calidad de nuestros óvulos cuando estamos intentando tener un hijo. No obstante, esta calidad sólo se puede determinar una vez que la mujer ha intentado quedarse embarazada de manera natural, o bien sometiéndose a un tratamiento de reproducción asistida sin obtener los resultados esperados.
La mejor manera de comprobar la calidad de los óvulos es mediante un ciclo de fecundación in vitro. Este ciclo permite observar de forma directa la respuesta de los ovarios ante la estimulación hormonal. Tras la estimulación ovárica, el ginecólogo contará los folículos que posean buen tamaño y estén desarrollados. Tras la extracción, el biólogo observa los ovocitos bajo el microscopio y analizará la calidad en función de su forma y las características de su citoplasma.
Varios estudios han demostrado que las alteraciones morfológicas de los ovocitos se asocian a una peor tasa de embarazo.
