Son muchas las posibles causas por las que la FIV puede haber fracasado y haber dado lugar a un resultado negativo del test de embarazo. Puede deberse a la calidad de los gametos (óvulos y espermatozoides), a la calidad del embrión generado, a alteraciones genéticas incompatibles con el desarrollo embrionario, a anomalías o malformaciones en el útero, a problemas a nivel inmunitario, etc.
Tras una FIV negativa, se debe hace un estudio personalizado para intentar conocer la posible causa o causas y optimizar el siguiente tratamiento, con el objetivo de lograr el embarazo en este nuevo intento.
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