La teratozoospermia provoca infertilidad masculina debida a un factor espermático. En primer lugar, los espermatozoides desproporcionados o con una forma extraña no pueden desplazarse correctamente, por lo que es más difícil que lleguen hasta el óvulo que se encuentra en la trompa de Falopio de la mujer.
Por otra parte, una vez han alcanzado el óvulo, al menos un espermatozoide debe ser capaz de penetrarlo para que tenga lugar la fecundación. Las anomalías en la cabeza de los espermatozoides pueden dificultar esta acción.
Por último, cabe la posibilidad de que los espermatozoides con teratozoospermia sí sean capaces de dar lugar a un embarazo pero, a continuación, la mujer sufra abortos de repetición debidos a las alteraciones genéticas que se encuentran asociadas en algunos espermatozoides anormales.
En función del tipo de teratozoospermia (leve, moderada o severa), la consecución del embarazo natural se verá dificultada en mayor o menor grado.
Cabe destacar que los problemas de infertilidad se ven más acusados cuando la teratospermia se diagnostica combinada con otra alteración seminal, como la concentración o la movilidad espermática. Estas patologías se conocen con el nombre de oligoteratozoospermia y astenoteratozoospermia, respectivamente.