La inseminación artificial en ciclo natural se realiza siguiendo el ciclo ovulatorio espontáneo de la paciente, sin medicamentos que estimulen los ovarios. Generalmente, el momento de la inseminación se determina a través de exámenes ecográficos y análisis hormonales. Cuando se alcanza el pico de la hormona luteinizante (LH), que es la hormona que provoca la ovulación, se confirma que la paciente va a ovular, y se programa la inseminación entre las 24-36 horas posteriores.
Hay una variante del ciclo natural que es el ciclo “natural modificado”, o “seminatural”, en el que se comienza de la misma manera que el ciclo natural puro, pero cuando el folículo alcanza un tamaño suficiente para poder ovular espontáneamente, nos aseguramos la ovulación mediante la administración de la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), y se programa la inseminación unas 24-38 horas más tarde.
La principal ventaja de este enfoque es que es menos invasivo, se evitan los posibles efectos secundarios de la medicación y el coste del tratamiento es menor. Además, este procedimiento minimiza el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica y de embarazo múltiple, ya que normalmente solo se produce la liberación de un ovocito. Por el contrario, puede tener menores tasas de embarazo en comparación con las inseminaciones con estimulación ovárica.
Al contrario que el caso anterior, la IA con estimulación ovárica requiere el uso de fármacos para estimular el desarrollo folicular de manera controlada, idealmente para generar el crecimiento de 2 folículos, y la administración de la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG) como desencadenante de la ovulación. Esto permite sincronizar de forma precisa el momento de la ovulación y programar la inseminación entre 24-38 horas después.
El beneficio más destacado de este procedimiento es la mayor probabilidad de embarazo por ciclo, gracias al mayor desarrollo folicular inducido por la medicación. No obstante, también podemos encontrar algunas desventajas como el incremento del riesgo de embarazos múltiples y, muy excepcionalmente, del síndrome de hiperestimulación ovárica.
En resumen, mientras que el ciclo natural es más sencillo y con menor probabilidad de complicaciones, la estimulación ovárica puede tener mayor tasa de embarazo aunque con mayor riesgo de gestación múltiple. La elección de que opción elegir dependerá de la edad, la causa de infertilidad y el perfil clínico de cada pareja o mujer.
