El concepto de REM (Recuento de Espermatozoides Móviles) nos dice el número de espermatozoides con buena movilidad que hay en cada mililitro de eyaculado posteriormente a la preparación del semen en el laboratorio. Este recuento nos permite elegir la técnica de reproducción asistida más adecuada.
Se considera que para la realización de una inseminación artificial (IA) es necesario que el REM sea mayor a 3 millones de espermatozoides. Aunque éste es el punto de corte más aceptado por las sociedades científicas, la falta de estudios sólidos en este sentido hace que algunas clínicas prefieran aplicar criterios más estrictos situando el límite de REM para la realización de una IA en 5 millones. Aun así, ser más o menos rígidos a la hora de valorar un REM para indicar una IA o una FIV también dependerá de factores coadyuvantes a la esterilidad de la pareja en cuestión (edad de la mujer, patología concomitante, etc.).
Más allá del REM, deberemos tener en cuenta que en casos de morfologías espermáticas muy alteradas (% de formas normales inferior al 1%), hablaremos de una teratozoospermia severa y tampoco estará indicado hacer una IA. El REM no tiene en cuenta la morfología espermática.