La abstinencia sexual, es decir, el tiempo sin eyacular en el campo de la reproducción asistida es fundamental debido a dos motivos principales.
En primer lugar, a la hora de valorar el seminograma. El seminograma es la primera prueba que realizar en el estudio inicial del varón en la pareja estéril y desempeña un papel fundamental en la toma de decisiones en reproducción asistida.
Para valorar dicho seminograma se tienen en cuenta unos valores de normalidad, de acuerdo con el consenso de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos valores de normalidad se han realizado con unos estándares de recogida de la muestra (mediante masturbación, sin uso de lubricantes ni preservativos, etc.) entre los cuales están los días de abstinencia. La abstinencia para la realización de un seminograma que posteriormente nos permita comparar adecuadamente los resultados debe ser de entre 3 y 5 días.
En segundo lugar, los días de abstinencia podrán influenciar en los resultados de las técnicas de reproducción asistida. Si bien necesitaremos un tiempo mínimo para la creación de un recuento mínimo de espermatozoides (2 días), el exceso de días sin eyaculación causa que la concentración de espermatozoides en la muestra seminal sea muy alta y esto, puede ser contraproducente. Los espermatozoides generan sustancias de desecho las cuales, si están mucho tiempo en contacto con ellos, les acaban causando daños que afectan a su movilidad y a la integridad de su código genético.
Estudios científicos actuales relacionan la movilidad y el porcentaje de espermatozoides vivos con un menor tiempo de abstinencia. De hecho, una abstinencia mayor a 7 días se relaciona con peores resultados de las técnicas de reproducción asistida, en términos de menor calidad de los embriones y menor tasa de embarazo clínico.
Otros trabajos, avalan que menos días de abstinencia se relacionan con mejores resultados en los estudios de fragmentación del DNA espermático.
