A la hora de evaluar la reserva ovárica, cuando hablamos de una reserva disminuida, nos podemos referir a la calidad de los ovocitos, a su cantidad o al potencial reproductivo. La identificación de una reserva ovárica disminuida es de crucial importancia en la evaluación inicial de nuestras consultas.
No existe un test ideal para analizar este parámetro. Tampoco hay un test que sea fiable para predecir el potencial de embarazo. Hay múltiples test para evaluarla, como la hormona antimulleriana, el recuento de folículos antrales o los niveles de FSH y estradiol en primera fase del ciclo menstrual. Estos test tienen buen poder para predecir una pobre respuesta del ovario a nuestros tratamientos, pero no para medir la probabilidad de gestación.
En cuanto al recuento de folículos antrales, sabemos que es más variable y se ve afectado por diversas condiciones de base, como el momento del ciclo o el uso de anticonceptivos hormonales orales. Sin embargo, es una prueba de gran utilidad en el asesoramiento inicial en nuestras consultas cuando no disponemos de más pruebas complementarias.
Por otra parte, la hormona antimulleriana es una determinación más estable. Se trata de un indicador precoz, fiable y directo del declive de la reserva ovárica. A la hora de valorar a nuestras pacientes para realizar un ciclo de FIV, es el parámetro que mejor se relaciona con el número de ovocitos obtenidos tras estimulación ovárica controlada. A favor encontramos que su resultado no se afecta por el momento del ciclo en el que lo realicemos.