El índice de masa corporal es la medición de la cantidad de grasa de un individuo o lo que es lo mismo, la relación entre el peso corporal y la talla. Determinamos de esta forma la normalidad en el desarrollo, de forma que un IMC menor de 18,5 indicaría peso insuficiente. El IMC entre 18,5 y 24,9 estaría en el rango normal o saludable. Hasta 30,0 consideramos que estamos en rango de sobrepeso y por encima de 30,0 estaríamos ante una obesidad. Tanto el bajo peso como el sobrepeso es una situación anómala y no deseable y, por tanto, influye negativamente en la Inseminación Artificial (IA).
La inseminación artificial es una técnica que permite facilitar el embarazo porque deposita semen – capacitado - en el útero de una mujer cuando se produce la ovulación. El normal desarrollo del ciclo ovárico que producirá una ovulación en la mitad del ciclo menstrual, está íntimamente ligado con la homeostasis adecuada del organismo y el metabolismo hidrocarbonado.
En este sentido, las alteraciones en la gestión del azúcar y los depósitos de grasa, alteran este ciclo evitando las ovulaciones normales, como, por ejemplo, en el síndrome de ovario poliquístico (SOP), que dificulta el normal funcionamiento de maduración folicular, impidiendo una ovulación reglada y, por lo tanto, no se podrá saber con anterioridad cuándo se va a producir esta ovulación. De ahí, la necesidad de armonizar el ciclo ovárico ante un sobrepeso en una mujer diabética. Si hablamos del varón, un sobrepeso y más grave aún, la obesidad, pueden influir directamente en el normal desarrollo de la espermiogénesis, produciendo una tasa de recuperación de espermatozoides móviles inferior a la recomendada para una capacitación espermática de cara a la inseminación artificial. En esta situación, lo más recomendable para este tipo de paciente sería la técnica FIV-ICSI.
Conociendo por tanto estos problemas y en atención a la pregunta planteada, el IMC sí influye negativamente, aunque per se, no impide la inseminación artificial. Va a depender en última instancia de cómo ese grado de sobrepeso u obesidad influya en el ciclo ovárico y si este es factible o no de corregirse con medicación a pesar de mantener IMC elevado. En el varón, dependerá de la calidad espermática y de la recuperación de espermatozoides móviles en el eyaculado. En cualquier situación, siempre habrá que advertir que la obesidad influye negativamente en la calidad ovocitaria y en la receptividad endometrial.