Los anticonceptivos, en condiciones normales, funcionan evitando la ovulación en la mujer que la toma de manera adecuada.
En realidad, son hormonas (estrógenos y progesterona) combinadas de manera que al darlas desde fuera actúan sobre el eje hipotálamo hipofisario gonadal inhibiendo el funcionamiento normal de dicho eje y, por tanto, la ovulación a nivel ovárico.
Se deben tomar con una regularidad que depende del anticonceptivo en sí. Hay muchos tipos de anticonceptivo:
Por vía de administración pueden ser:
- Orales de 21 días con una semana de placebo, de 24 días con 4 días de placebo y continuos sin descanso como los de progesterona.
- Vaginales: con 3 semanas con el anillo en el interior de la vagina y una fuera en la cual baja la menstruación.
- Inyectables que se pueden usar mensualmente.
- Transdérmicos en forma de parches semanales.
- Implantes en el brazo con progesterona.
- DIU que además del efecto del DIU intrauterino tienen efecto anovulatorio al llevar hormonas ese DIU.
Por composición:
- Los que llevan estrógenos y progesterona y estos a su vez pueden tener todas las mismas dosis todos los días o diferentes dosis según el día de ciclo.
- Los que solo llevan progesterona.
En condiciones normales, si los tomas según lo establecido y los inicias la primera vez del 1º al 5º día de la menstruación, es muy poco probable que se produzca la ovulación.
Si los tomas sin seguir las instrucciones o te olvidas de alguna toma si se puede dar un escape ovulatorio y que dejen de ser eficaces.
También en ocasiones si los tomas con algunos medicamentos como antibióticos que disminuyen sus efectos pueden producir un escape ovulatorio.
Y en ocasiones, si las pacientes tienen vómitos, diarrea o alguna enfermedad que altere su adecuada absorción también puede darse una ovulación espontánea.
Pero debemos recordar que si los utilizas bien y como el prospecto o tu médico te indica suelen ser muy efectivos.