Uno de los grandes avances en la medicina reproductiva y de la mano de la tecnología de vanguardia en los procesos de congelación fue sin duda la vitrificación ovocitaria social.
Esto en los últimos años ha cambiado la forma de actuar e inclusive ha generado nuevos protocolos de tratamiento. Inicialmente esta técnica comenzó en chicas jóvenes que debían someterse a tratamientos oncológicos. Posteriormente, en donantes de óvulos y hoy en día, en pacientes con baja reserva con la idea de acumulación para un ciclo de reproducción in vitro.
La realidad es que la bibliografía y los grandes trabajos en esta área ponen un cut off de pronóstico en 35 años. Los marcadores de éxito luego de la congelación son: el número de ovocitos congelados (ideal entre 12 y 15 óvulos metafase II), edad en el momento de la vitrificación y la supervivencia posterior. Estos parámetros para mujeres menores de 36 años sugieren una posibilidad de entre el 40 y 70% de oportunidades de lograr en un futuro un embarazo.
La edad de la paciente afectará a los resultados en cada caso. Una BRO (baja reserva ovárica) en una mujer joven que no tiene pareja, es un buen motivo para plantearse ciclos de acumulación para lograr a obtener por lo menos entre 10 y 15 óvulos. La BRO en mujeres ya mayores de 36 años con deseos de maternidad nos abre otro escenario con posibilidad de realizar ciclos de acumulación, por ejemplo, dentro de protocolos Duostim para cortar tiempos y poder llegar a la microinyección espermática (ICSI) con mayor número de óvulos.