Las anomalías genéticas como el Síndrome de Klinefelter o el de Kallmann no tienen cura en sí, aunque hay tratamientos para paliar los síntomas o mejorar la calidad de vida. Por ejemplo, existen tratamientos hormonales o quirúrgicos que pueden ayudar a solucionar la azoospermia derivada de estas enfermedades.
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Andrea Rodrigo
Licenciada en Biotecnología por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) con Máster Universitario en Biotecnología de la Reproducción Humana Asistida, impartido por la Universidad de Valencia en colaboración con el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). Postgrado de Experto en Genética Médica.