Los anabolizantes son compuestos que aceleran el crecimiento de los tejidos. Los más comúnmente conocidos son los esteroides anabolizantes y suelen usarlos generalmente los deportistas para aumentar la masa muscular y el almacenamiento de energía.
Estos anabolizantes ó esteroides anabólicos androgénicos (EAA) son sustancias sintéticas análogos a la testosterona, hormona que nuestro cuerpo sintetiza de manera natural a partir del colesterol.
Los efectos que producen son anabólicos (reparación y construcción muscular) y androgénicos (masculinizando a quien los toma).
Es cierto que tiene un uso terapéutico en diferentes ámbitos, pero ¿Qué ocurre en el ámbito reproductivo? Cuando administramos testosterona de manera exógena continuada desregulamos el organismo y podemos observar diferentes efectos:
- Un efecto es la feminización, aparición de caracteres sexuales femeninos ya que provocan un aumento de los estrógenos. El síntoma más frecuente es la ginecomastia, desarrollo y crecimiento de las glándulas mamarias.
- También es frecuente la disfunción eréctil y pérdida del deseo sexual (libido). Esto es debido al transporte de la testosterona por el organismo y las diferentes formas circulantes.
- Con respecto a la calidad seminal uno de ellos es un bloqueo en la producción de espermatozoides reduciendo la cantidad de espermatozoides (oligospermia) o incluso ausencia de los mismos (azoospermia). Unido a ello se puede experimentar una reducción del volumen testicular.
Esto es debido a que cuando aumentamos el nivel de testosterona en sangre sobrepasando el límite fisiológico, se inhibe el eje hipotálamo hipofisiario disminuyendo la producción de hormonas LH y FSH que son las que se encargan de que el testículo produzca testosterona y espermatozoides.
Está descrito que suspendiendo el consumo de los anabolizantes el 60% de los varones pueden recuperar la función testicular de manera espontánea tras 6 – 9 meses.