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¿Perjudica la implantación embrionaria si al transferir hay un poco de líquido en el endometrio?

Por Dr. Adolfo De Prados Alonso (ginecólogo en Equipo Juana Crespo).
Última actualización: 30/10/2025

Sí. Cuando hay líquido visible dentro de la cavidad endometrial en el momento de la transferencia embrionaria, las tasas de implantación y embarazo suelen ser peores.

¿Por qué puede haber líquido?

Algunos de los motivos por los que puede haber líquido en el endometrio son los siguientes:

  • Hidrosálpinx: se trata de una obstrucción distal o medial de la trompa de Falopio que provoca que el fluido que produce la trompa de forma natural quede acumulado.
  • Estimulación ovárica y endometrio hiperestrogénico: un ambiente hiperestrogénico favorece la secreción y acumulación transitoria de fluido dentro de la cavidad.
  • Endometritis: existencia de una infección debido al sobrecrecimiento bacteriano intracavitario.
  • Patología intracavitaria: la existencia de adherencias, sinequias, miomas, pólipos o incluso cicatrices de cirugías previas pueden provocar esta acumulación de líquido.
  • Estenosis cervical: que impide un correcto vaciamiento de la cavidad.
  • Istmocele: se trata de una cavidad que se forma en la pared anterior del útero, justo en el sitio donde se realizó una cesárea, que acumula líquido que descarga a la cavidad.
Imagen: Causas de la presencia de líquido en el endometrio

¿Por qué disminuyen las tasas de éxito si hay liquido en la cavidad?

La implantación embrionaria es un proceso muy delicado que requiere una interacción precisa entre un embrión y un endometrio receptivo. Cualquier alteración en ese “microambiente” puede romper el equilibrio.

El líquido dentro de la cavidad endometrial altera este entorno de varias maneras:

  • Efecto mecánico: si el líquido está presente en la cavidad durante o después de la transferencia, puede desplazar o arrastrar físicamente al embrión, impidiendo su contacto estable con el epitelio endometrial. Esto se conoce como efecto de “flushing” o lavado mecánico.
  • Efecto bioquímico: el fluido intracavitario no es un líquido fisiológico uterino, sino que suele ser un trasudado o secreción anómala con alto contenido de citoquinas inflamatorias, prostaglandinas, toxinas y radicales libres. Todo ello genera un ambiente proinflamatorio y embriotóxico que puede alterar el desarrollo temprano del blastocisto.
  • Efecto sobre la receptividad endometrial: el contacto continuo del endometrio con líquido puede alterar la expresión de genes receptivos clave, como LIF, integrina αvβ3, HOXA10 y pinópodos. Estos marcadores son fundamentales para que el embrión “reconozca” y se adhiera al endometrio. Cuando el fluido está presente, especialmente de forma persistente, el epitelio endometrial tiende a mantener una morfología inmadura y menos receptiva.
  • Interferencia con la dinámica endometrial: el líquido puede generar presión intraluminal anómala que distiende la cavidad, cambia la orientación de las células epiteliales y dificulta la adhesión embrionaria inicial. Además, puede alterar los gradientes moleculares de iones y proteínas que guían la implantación.

¿Cuánto “es mucho”? (el matiz del “poquito”)

Un metanálisis reciente sugiere que cualquier fluido visible dentro de la cavidad se asocia a peores tasas y que el punto de corte ~3,5 mm agrava el impacto.

  • Series históricas y cohortes modernas replican esa tendencia: menor embarazo clínico y recién nacido vivo cuando el líquido persiste el día de la transferencia.
  • Habiendo descartado causas anatómicas previamente descritas, si el fluido se resuelve espontáneamente antes de transferir (p. ej., al iniciar progesterona o en controles sucesivos), los resultados son similares a los de pacientes sin fluido.

A modo de conclusión:

  • Un “poco” de líquido que ocupa la cavidad en el momento de la transferencia puede perjudicar la implantación.
  • Si desaparece antes de transferir, no parece afectar.
  • La mejor estrategia es no transferir sobre líquido visible: posponer y tratar la causa subyacente.
Puedes leer el artículo completo en: ¿Cómo mejorar las tasas de implantación en reproducción asistida? ( 72).
Dr.  Adolfo  De Prados Alonso
Dr. Adolfo De Prados Alonso
Ginecólogo en Equipo Juana Crespo
El Dr. Adolfo de Prados estudió Medicina y Cirugía en la Universidad de Valencia y seguidamente se especializó en Ginecología y Obstetricia. El doctor ha realizado estancias formativas por España y ha estudiado diversos cursos de especialización.

El Dr. de Prados tiene en una larga trayectoria en el campo de la medicina reproductiva y ha participado en diferentes congresos y sociedades científicas.
Número de colegiado: 464623286
Ginecólogo. El Dr. Adolfo de Prados estudió Medicina y Cirugía en la Universidad de Valencia y seguidamente se especializó en Ginecología y Obstetricia. El doctor ha realizado estancias formativas por España y ha estudiado diversos cursos de especialización.El Dr. de Prados tiene en una larga trayectoria en el campo de la medicina reproductiva y ha participado en diferentes congresos y sociedades científicas. Número de colegiado: 464623286.