Por lo general, durante un tratamiento de reproducción asistida se puede hacer una vida normal a menos que el ginecólogo indique lo contrario. Normalmente se desaconseja realizar entrenamiento con pesas durante la fase final de la estimulación ovárica y después de una transferencia embrionaria.
En el caso de la estimulación ovárica, cuando los ovarios empiezan a aumentar de tamaño la paciente suele notarse más hinchada y puede tener molestia o dolor abdominal. Si tiene estas molestias es mejor que no realice ejercicio físico intenso. De todas formas, independientemente de las manifestaciones clínicas que pueda notar, si los ovarios han aumentado de tamaño, es recomendable evitar ejercicio físico (como el levantar pesas) por el riesgo de torsión ovárica (el ovario puede rotar sobre su propio eje y se bloquea el riego sanguíneo). Esta es una complicación grave que tiene que ser tratada en el quirófano para recuperar la vascularización ovárica.
Tras una transferencia embrionaria se recomienda también evitar esfuerzos, sobre todo en los siguientes 3 días, para evitar cualquier tipo de contracción uterina que pueda disminuir las posibilidades que el embrión se implante.