Mediante la alimentación, es posible optimizar la producción de progesterona por parte del cuerpo lúteo.
En general, se recomiendan los alimentos que mejoren la circulación sanguínea, como aquellos ricos en L-arginina y L-citrulina (sandía, salmón, guisantes, entejas, semillas de chía, sésamo, frutos secos, etc.), aquellos que estimulen la producción de óxido nítrico (remolacha, fresas, zanahoria, espinacas, acelgas, brócoli, etc.) y otros que mejoren la salud de la pared vascular (chocolate, ajo, cebolla, etc.)
También es indispensable mantener unos buenos niveles de algunos micronutrientes como omega-3, zinc, vitamina B6 y antioxidantes. Para ello, se recomienda incluir en la dieta los siguientes alimentos: sardinas, salmón, caballa, marisco (ricos en omega-3); cereales integrales, legumbres, nueces e hígado (ricos en vitamina B6); semillas de calabaza, marisco y carnes blancas (ricos en zinc); verduras, hortalizas y frutas (ricos en antioxidantes).