Silvia Azaña, embrióloga en Reproducción Asistida ORG, nos cuenta los posibles efectos adversos tras la colocación de la inyección anticonceptiva:
Los efectos secundarios más comunes de la inyección anticonceptiva son aquellas que afectan a la menstruación. Tras la aplicación de la inyección anticonceptiva, la mujer puede tener un sangrado más leve o de menor duración e un sangrado irregular, una menstruación más prolongada o, incluso, la ausencia de menstruación. También puede ser frecuente que las mujeres que utilizan la inyección anticonceptiva presenten dolor de cabeza (cefalea), náuseas, dolor e hinchazón abdominal, sensibilidad en los senos, aumento de peso e incluso afectación en el estado de ánimo. Habitualmente, estos efectos secundarios son temporales y disminuyen gradualmente. Aparecen las primeras veces que la mujer emplea este método anticonceptivo hasta que su organismo pues se va adaptando a él. En cualquier caso, se debe consultar inmediatamente con el especialista si la mujer presenta un dolor abdominal severo, fiebre o cualquier otro síntoma que le preocupe.
De igual modo, también debe acudir inmediatamente al especialista si presenta síntomas de un coágulo sanguíneo, como podría ser dolor de pecho, dificultad al respirar, visión borrosa o pérdida repentina de la visión, debilidad, desorientación, dolor de piernas...
Por otro lado, la inyección anticonceptiva se ha asociado con una disminución de la densidad mineral de los huesos, por lo que podría conllevar un aumento del riesgo de osteoporosis. Por lo tanto, las mujeres que empleen este método anticonceptivo pues podría ser recomendable que adquirieran una dieta saludable con la cantidad suficiente de calcio y vitamina D (o su suplementación) y que evitaran el tabaco y el alcohol. Este efecto adverso es especialmente importante cuando la inyección anticonceptiva se utiliza por largos periodos de tiempo. Por este motivo, a los 2 años de utilización de la inyección anticonceptiva el especialista debe valorar con la mujer los riesgos y beneficios de seguir prolongando el empleo de este método anticonceptivo. Además, tras el cese de la inyección anticonceptiva, pues podría haber una mejora en la densidad mineral ósea. Por este motivo, la inyección anticonceptiva puede no ser el anticonceptivo más indicado en mujeres fumadoras, con un índice de masa corporal bajo o que tienen antecedentes de osteoporosis, ya que estos son factores pues que aumentarían el riesgo de padecer osteoporosis.