El moco cervical es producido por las glándulas mucosas presentes en el cuello del útero. Debido a que la producción de dichas glándulas se encuentra bajo la influencia de las hormonas ováricas, las características del moco se modificarán a lo largo del ciclo ovárico. Además de las variaciones hormonales del ciclo, el moco cervical puede ser un indicador que ayuda a la paciente y al ginecólogo a conocer o sospechar alguna anormalidad.
Las variaciones en sus características como el olor y el color permiten sospechar la colonización por distintas bacterias. La modificación del moco cervical a un color marrón, café u oscuro, siempre indica la presencia de sangre en escasa cantidad.
Cuando la sangre está presente en la vagina, en escasa cantidad, se produce una interacción entre los gérmenes habituales de este órgano y los componentes de la sangre, fundamentalmente la hemoglobina. A medida que pasa el tiempo el color rojo intenso de la sangre se va modificando, tornándose cada vez más oscuro.
La presencia de un moco cervical oscuro fuera de los episodios considerados fisiológicos debería despertar en la mujer, la inquietud por consultar a su ginecólogo para que valore la necesidad o no de estudiar y la conducta a seguir.