La cantidad de ovocitos que se obtendrán en un ciclo de Fecundación In Vitro es predecible, mediante el recuento de folículos antrales y la determinación de la hormona AMH previamente a la punción ovárica.
Así, habitualmente, el hecho de obtener solo tres folículos (o menos) debe haber sido previamente discutido con la mujer o pareja que va a someterse al tratamiento. Es en este momento, previo a la realización de cualquier tratamiento, cuando se debe desarrollar una estrategia conjunta, médico y pacientes, para gestionar esta baja respuesta ovárica.
Una vez se ha concluido el ciclo existen dos opciones. La primera sería congelar los ovocitos, realizar un nuevo ciclo (o varios) y acumular ovocitos. Posteriormente, se llevaría a cabo una Fecundación In Vitro al uso. Por ejemplo, tres ciclos con 3 ovocitos supondrán un tratamiento en el que teóricamente se usarán 9 ovocitos. Esto supone un ahorro de costes, ya que solo se realizará el trabajo del laboratorio en una ocasión, aunque puede suponer la pérdida de aquellos óvulos que no soporten el proceso de congelación y descongelación.
La segunda, consistiría en concluir la FIV. La probabilidad de gestación puede ser suficiente, dependiendo del caso (edad de la mujer, calidad ovárica, calidad seminal, etc.). Cada caso debe ser valorado de forma individual y por el equipo médico.
