El parto natural es casi siempre lo mejor, tanto para la madre como para el bebé.
La cesárea es una intervención quirúrgica, y por tanto, conlleva más riesgos para la madre (sangrado, infección…). Además, los niños nacidos por parto natural se adaptan mejor respiratoriamente que los nacidos por cesárea.
Por tanto, el parto natural será el tipo de parto ideal. Sin embargo, si hay una enfermedad materna, sufrimiento fetal o no evoluciona correctamente la dilatación, será mejor decantarse por una cesárea.
Lectura recomendada: El parto: preparación, tipos y posibles complicaciones.
