Sí, efectivamente la tasa de implantación es mejorable, y para conseguirlo basta con ajustar el momento de la implantación con las afinidades del endometrio y el momento de maduración del blastocisto.
El óvulo para ser fecundado, tiene que presentar una característica específica en un momento determinado. Por otro lado, al endometrio le ocurre lo mismo, pero con la diferencia de que el óvulo lo tenemos bajo el microscopio para estudiarlo y en el caso del endometrio no podemos hacer lo mismo. Utilizamos métodos indirectos -progesterona e imagen endometrial- para saber si es receptivo, para transferir el embrión cuando sus condiciones lo permitan. Y a veces ese momento no es el adecuado para el endometrio. Si estamos ante esta situación, deberíamos conseguir los embriones y criopreservarlos hasta que llegue el momento adecuado para trasferir. Debemos preparar el endometrio y cuando presente las condiciones idóneas, trasferir el embrión criopreservado que tenemos disponible. En este caso, estamos ante una transferencia en diferido.
Otra de las opciones que tenemos es preparar el endometrio para la criotrasferencia y una vez llegado el momento adecuado, tomar una biopsia del endometrio, (Test ERA, Test de Receptividad Endometrial) y no trasferir el embrión. Este proceso nos obliga a repetir el ciclo endometrial para trasferir el embrión. Es un proceso que presenta mayor tiempo y costes, pero al mismo tiempo nos da la certeza de conocer si estamos ante el momento perfecto para realizar la transferencia embrionaria y conseguir así mejores resultados.