Tal y como se dice en el Manual de Andrología de la Sociedad Española de Fertilidad: “aunque los resultados del análisis de semen pueden darnos información acerca de los problemas en la función de los órganos genitales del varón, no permiten determinar con certeza si un individuo es o no es fértil”. Entonces, si el seminograma es normal ¿conviene realizar otras pruebas? En la valoración inicial de una pareja con disfunción reproductiva no. El seminograma es una herramienta más para orientar el tratamiento que para llegar a un diagnóstico. Además conviene, obviamente, estudiar y valorar también a la mujer. La edad de la mujer es el parámetro que mejor predice el resultado de un tratamiento de reproducción asistida. Podemos seguir estudiando a un varón con normozoospermia pero si por la edad de su pareja lo recomendable es realizar una fecundación in vitro estaremos perdiendo un tiempo precioso realizando estudios que no van a hacer que, finalmente, cambiemos nuestra indicación terapéutica.
Es cierto que existen otras pruebas complementarias que pueden ayudar a estudiar en mayor profundidad el semen como por ejemplo el estudio de la fragmentación de cadena doble del ADN de los espermatozoides. Nuestro equipo, analizó los resultados de los ciclos de 12 parejas con fallos de implantación o abortos de repetición, en los que el varón presentaba esta alteración. Usamos la cámara Fertile que por dinámica de microfluidos, hipotetizamos, permitía seleccionar aquellos espermatozoides que tenían menos fragmentación. Obtuvimos una tasa de embarazo clínico del 84,6%. Este tipo de pruebas prometen avanzar en la valoración del varón pero aun así, insistimos, no están indicadas en la estudio inicial de una pareja con disfunción reproductiva. Aunque se tenga una normozoospermia.
Lectura recomendada: ¿Qué es la normozoospermia? – Valores de referencia en el seminograma.
