La edad es uno de los factores que más influye en el éxito de la inseminación artificial. Ya no solo por la inseminación artificial en sí o por el número y/o calidad ovocitaria (reserva ovárica), sino también por el endometrio, ya que conseguir el grosor adecuado para que el embrión formado sea capaz de implantar se vuelve más complicado.
A partir de los 35 años, la reserva ovárica disminuye y, por tanto, la probabilidad de que un óvulo sea fecundado por un espermatozoides se ve reducida de forma importante, especialmente a partir de los 40 años.
No se recomienda hacer una inseminación a partir de los 35-37 años, ya que la probabilidad de embarazo es tan baja (menos del 10%) que no merece la pena que la paciente pase por todo el proceso. En estos casos se recomienda directamente una fecundación in vitro.
![Sara Salgado](https://www.reproduccionasistida.org/wp-content/uploads/2020/09/sara-salgado-122x122.jpg)