La prueba de receptividad endometrial informa sobre el momento idóneo para realizar la transferencia de los embriones al útero de la mujer.
Dentro del estudio de una paciente que haya tenido fallos de implantación o abortos de repetición está indicado analizar la ventana óptima de transferencia embrionaria (además de otros factores como el estudio de patógenos a nivel endometrial, el análisis de la microbiota y una valoración hematológica e inmunológica). En función de los resultados del test de receptividad endometrial, sabremos exactamente cuántas horas de progesterona (y a qué dosis) son necesarias de cara a la transferencia del embrión.
Existe la posibilidad de que la ventana de implantación esté alterada, aunque haya habido una gestación evolutiva normal anteriormente. La implantación embrionaria en un embarazo espontáneo, seguramente, no se haya producido justo en el mismo momento en el que haríamos la transferencia en un tratamiento de reproducción asistida. No solo esto, sino que diversos factores (como un cambio importante del peso de la paciente, por ejemplo) pueden modificar la ventana de implantación ya estudiada de una mujer, por lo que a veces es conveniente repetir el test de receptividad endometrial si ha pasado mucho tiempo desde el primero o si ha existido una pérdida o ganancia importante de peso de la paciente.
¿Cómo llevamos a cabo este estudio? Indicamos la misma preparación endometrial que realizaríamos a la hora de la transferencia del embrión, pero el día en el que sería la supuesta transferencia es cuando realizamos esta toma de muestra. Es un procedimiento muy sencillo: con el espéculo visualizamos el cuello del útero y con una pequeña cánula que introducimos a través de éste cogemos material el endometrial que mandamos a analizar. No suele ser un procedimiento molesto y no es necesaria la sedación de la paciente.
Muchas veces con una única toma de muestra podemos aprovechar para estudiar la existencia de patógenos y la microbiota endometrial, además de la ventana de implantación.
