Los cambios en la conducta sexual, así como el aumento de la frecuencia de las relaciones, del número de las parejas sexuales y el uso de métodos anticonceptivos (no necesariamente condones) exponen a las parejas a una mayor incidencia de las enfermedades de transmisión sexual causantes de infecciones tubo-peritoneales, con consecuencias sobre la fertilidad. Las más frecuentes son la Clamidia y el gonococo.
La Chlamydia trachomatis es un patógeno que ha podido aislarse en la mayoría de las mujeres con infertilidad de causa tubárica, detectándose títulos elevados de anticuerpos anti- Chlamydia en más del 70% de las mujeres con obstrucción de las trompas.
Su espectro clínico abarca desde las infecciones asintomáticas a las infecciones graves difíciles de tratar. Las alteraciones estructurales asociadas a la infección por Chlamydia trachomatis se deben a inflamación mediada por daño tisular y lesión que ocurre después de infecciones crónicas o repetitivas.