Los miomas son formaciones de tejido miometrial que se pueden situar en distintas partes del útero.
Todos los miomas submucosos deberían operarse, independientemente de su tamaño, antes de una FIV. Este tipo de miomas se sitúan dentro de la cavidad endometrial y pueden afectar a la implantación de los embriones o su correcto crecimiento.
Los miomas subserosos son los que crecen hacia la parte externa del útero, por lo que no afectan la cavidad endometrial, y solo se operan si dan clínica por compresión.
Los miomas intramurales, que son los que están en la pared muscular del útero, pueden afectar la cavidad endometrial directamente si la contactan o indirectamente al estar cerca. En estos casos se tendrá que evaluar individualmente cada situación según el tamaño y localización del mioma (puede afectar el fondo, la inserción de las trompas, el cuerpo o el cuello del útero).
Al operar un mioma intramural, estamos sacando una parte de la pared uterina. Por ello, previamente deberemos valorar muy bien que el beneficio de operar el mioma sea mayor a la posible falta de tejido y cicatrización que tendremos una vez extraído.