El proceso para convertirse en donante se divide en diferentes fases, por las que el donante debe se superar los exámenes clínicos para convertirse en donante. Primero el candidato se debe de encontrar en situación de cumplir con los requisitos establecidos por la Ley 14/2006, en las que se estipula qué: el hombre debe ser mayor de 18 años, encontrarse en buena salud física y mental y no haber tenido más de 6 hijos. Seguidamente, el banco de semen se encuentra en la obligación de certificar que dichas premisas, establecidas en la Ley se cumplen.
Para ellos el candidato debe de pasar una serie de pruebas clínicas y psicológicas que establezcan que el candidato está sano y es apto para donar: entrevista con el psicólogo para descartar posibles enfermedades mentales, pruebas sanguíneas para descartar enfermedades infecciosas y genéticas susceptibles de transmisión, y una exhaustiva entrevista donde se indaga en el historial clínico de los familiares del joven candidato. Además, el laboratorio de andrología se encarga de estudiar la fertilidad del posible donante de esperma, analizando una muestra del semen y estudiando los parámetros de fertilidad, que deben ser muy superiores a los establecidos como normales por la OMS (Organización Mundial de la Salud). Como las muestras de semen de donante, serán criopreservadas para su conservación, también se realiza una prueba para someter a los espermatozoides a congelación y analizar la recuperación y supervivencia de la muestra.
Sólo cuando estás pruebas han sido superadas, el donante entra en un programa de donación, donde semanalmente dejará sus muestras en la clínica. Pasados 6 meses desde que se inicia el ciclo de donación, el donante deberá repetirse los análisis de enfermedades infecciosas, para descartar una posible infección vírica que estuviera latente, y por lo tanto no detectable, el donante. Sólo cuando el donante da negativo en este segundo análisis de enfermedades, sus muestras de semen podrán ser utilizadas para tratamiento.
