NOVA FIV-Clínica Beiman responde a nuestros lectores
Las condiciones de cultivo, o la calidad de los espermatozoides o los óvulos pueden hacer que el embrión no continúe su desarrollo hasta blastocito.
Las posibles causas que hacen que el embrión bloquee su desarrollo son:
- Fragmentación de ADN de doble cadena que el óvulo no sea capaz de reparar, por tanto, el embrión no será capaz de activar su genoma.
- Un FISH alterado provocará un aumento de embriones aneuploides.
- Mala calidad ovocitaria, óvulos postmaduros, con Retículo endoplasmático o con cuerpos polares alterados pueden hacer que el embrión no continúe su desarrollo.
- Alteraciones genéticas o cromosómicas presentes en el embrión que harán que éste no pueda activar su genoma
La compatibilidad genética se determina tras la realización de un test de portadores de enfermedades genéticas recesivas. Casi todos somos portadores de enfermedades genéticas recesivas, aunque algunas no tienen relevancia clínica descrita actualmente.
Los portadores de estas enfermedades genéticas recesivas no manifiestan ningún síntoma puesto que no desarrollan la enfermedad, ya que para que la enfermedad se desarrolle los dos miembros de la pareja deben ser portadores del mismo gen. Aún así, estas parejas tendrán un 25% de probabilidades de tener un hijo enfermo, un 25% de probabilidades de que éste sea sano y un 50% de probabilidades de que los hijos sean portadores de ese mismo gen.
Este test de compatibilidad genética está recomendado en los casos de ovodonación. Si a la donante se le realiza un test de portadores, es recomendable que la pareja de receptora lo haga también, para descartar que óvulo y espermatozoide sean portadores de la misma enfermedad. Además, en los tratamientos con doble donación, también es recomendable realizar el matching genético entre los donantes antes de realizar el tratamiento.
En los casos en los que los dos miembros de la pareja sean portadores de la misma enfermedad y deseen utilizar sus propios gametos, es recomendable realizar un tratamiento con Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) para seleccionar el/los embriones libres de la enfermedad.
Sí, una receptora puede reservar en un banco de semen certificado una muestra de semen de donante que se haya utilizado en un ciclo suyo anterior, siempre que no hayan nacido 6 hijos de ese mismo donante. Este criterio es esencial, ya que la ley de Reproducción Asistida en España limita el número máximo de hijos nacidos por donante a 6.
El Test Genético Preimplantacional (PGT) permite la detección de anomalías genéticas en los embriones, antes de su transferencia al útero de la mujer. Identificando los embriones libres de anomalías cromosómicas y mutaciones genéticas se puede evitar su transmisión a la descendencia.
Cuantos más embriones haya disponibles para la realización de un PGT, mayores son las posibilidades de obtener embriones sanos aptos para ser transferidos al útero de la mujer. Los avances en el cultivo embrionario y las técnicas de biopsia han permitido que el análisis genético de embriones se realice en la etapa de blastocisto, permitiendo obtener una mayor cantidad de células (trofoectodermo) y manteniendo la integridad del embrión y su capacidad de implantación.
Sin embargo, la reserva ovárica y la respuesta ovárica a la estimulación de gonadotropinas están inversamente relacionadas con la edad materna, ya que a más edad menor reserva y respuesta. En consecuencia, la edad materna avanzada afecta al número de ovocitos, la calidad de los mismos y el número de embriones disponibles para biopsiar.
La azoospermia secretora puede tener diversos orígenes: factores genéticos (delecciones, alteraciones cromosómicas), factores adquiridos (cirugía, trauma), factores externos (irradiación, tóxicos, medicamentos) o tumor testicular.
En función del origen de la azoospermia secretora, puede tener un tratamiento que permita restablecer la espermatogénesis. Esto permitiría que aparecieran de nuevo espermatozoides en el semen.