Un tribunal del distrito de Haifa, en Israel, ha sentenciado que el semen congelado de un joven que murió por un cáncer, podrá ser utilizado por una mujer a la que no conocía, con el fin de dar un nieto a los padres del fallecido.
Ahora deberá someterse a un tratamiento de reproducción asistida, probablemente una inseminación artificial de donante (IAD), para conseguir el deseado embarazo.
Esta decisión ha sobrepasado razones éticas, religiosas y legales, con las que el fiscal general del estado, el Ministerio de Salud y el Hospital Rumban de Haifa no están de acuerdo.
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Por Neus Ferrando (embrióloga).
Última actualización: 23/12/2009
