Cuando el embarazo sigue su curso normal y no es de riesgo, lo habitual es comprobar el bienestar fetal mediante su monitorización en la semana 40 de gestación. Para ello, la mujer se tumba en la camilla y le colocarán dos sensores sujetados por unas correas elásticas. Es por ello por lo que este momento se conoce como acudir a correas o a monitores. Uno de los sensores es el encargado de registras las contracciones del útero y el otro el latido cardíaco.
La duración de esta prueba no invasiva es de unos 20-30 minutos y no requiere ninguna preparación previa por parte de la embarazada ni que acuda en ayudas.
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Por Neus Ferrando (embrióloga) y Marta Barranquero Gómez (embrióloga).
Última actualización: 29/01/2024