Una vez diagnosticado el cáncer de cérvix y establecido el grado de severidad del mismo, el médico establecerá el mejor tratamiento. Siempre y cuando la gravedad de la enfermedad lo permite, el especialista tendrá en cuenta el deseo reproductivo de la mujer en un futuro para valorar la opción terapéutica.
La conización del cuello uterino, es decir, la extirpación de la zona del útero afectada está indicado cuando el cáncer está localizado en un punto y no se ha extendido. En otros casos, es necesario recurrir a la extirpación total del útero, incluyendo el cuello uterino. Esto es lo que se conoce como histerectomía.
Además, los tratamientos de quimioterapita y radioterapia también ayudan a curar el cáncer de cuello de útero. Sin embargo, estas estrategias terapéuticas también afectan a la fertilidad de la mujer.