¿Cuál es el motivo principal de la infertilidad masculina?

La causa más frecuente de infertilidad masculina es el defecto en la producción de espermatozoides (espermatogénesis), dando lugar a seminogramas con bajo recuento de espermatozoides o con baja movilidad. Este es el problema en el 65-80% de los hombres que presentan dificultades para conseguir un embarazo.

Esto es debido a un fallo a nivel testicular, y en la gran mayoría de los casos no somos capaces de encontrar una causa para ello. En un menor porcentaje de casos podemos explicar este fallo por:

• Alteraciones genéticas, como las microdelecciones del cromosoma Y o el síndrome de Klinefelter.
• Criptorquidia: el daño en la espermatogénesis en pacientes con historia de falta de descenso testicular está relacionado con causas genéticas y hormonales, que pueden ser parcialmente reversibles con una intervención quirúrgica temprana para descender los testículos.
• Alteraciones en los receptores hormonales de testosterona, estrógenos o FSH.
• Enfermedades como la distrofia miotónica.
• Varicocele, aunque en la gran mayoría de los casos estos pacientes presentarán seminogramas normales (normozoospermia)
• Infecciones testiculares debidas a paperas, ETS como chlamydia, gonococo o VIH.
• Quimioterapia o radioterapia
• Contaminación ambiental
• Tabaquismo

Otras causas de infertilidad masculina menos frecuentes serían:

• Infertilidad masculina idiopática: hombres que a pesar de presentar seminogramas normales no consiguen embarazo (10-20%).
• Azoospermia obstructiva (5%): En estos pacientes, la producción de espermatozoides a nivel testicular es normal, pero los conductos que deben permitir la salida de estos espermatozoides al eyaculado no son permeables. Esto puede ocurrir por infecciones, por alteraciones genéticas (como la fibrosis quística), etc.
• Alteraciones endocrinas (2-5%): un fallo a nivel cerebral puede producir un hipogonadismo, de forma que el testículo no reciba las órdenes adecuadas para llevar a cabo una espermatogénesis correcta. Esto puede ser debido a alteraciones congénitas, procesos tumorales, consumo de drogas como opioides o cannabis, obesidad o enfermedades graves sistémicas.