La endometriosis es una afección que puede reducir la probabilidad de gestación tanto espontánea como en FIV, aunque no se puede afirmar un efecto negativo sobre la probabilidad de nacido vivo.
Se debe tener presente que los objetivos de una paciente con diagnóstico de endometriosis, que no quiere ser madre por el momento, deben ser el control de la enfermedad (tratamiento de los síntomas y frenar la evolución de la endometriosis) como el preservar su futura fertilidad, además de intentar mejorar su calidad de vida.
Al ser la endometriosis una enfermedad estrógeno-dependiente, se ha demostrado la regresión de las lesiones y la mejoría de los síntomas con la deprivación hormonal y el uso de progestágenos (hormonas sexuales), tratamiento efectivo para transformación morfológica y funcional del endometrio.
Evidentemente, estos tratamientos tienen efecto anticonceptivo, por lo que no serían de elección en pacientes sintomáticas con búsqueda activa de gestación. No se ha demostrado tampoco que aumenten la probabilidad de gestación, administrados los meses antes de la búsqueda de embarazo, por lo que tampoco se debe recomendar su uso para intentar aumentar probabilidad de gestación posterior si ya hay búsqueda de gestación en ese momento.
En pacientes sintomáticas, el tratamiento de primera línea es el tratamiento médico. En este caso el tratamiento de elección son los anticonceptivos hormonales combinados en pauta continua o los derivados de la progesterona. Solo se ofrecerá tratamiento quirúrgico de entrada en circunstancias muy concretas, por ejemplo: endometriomas atípicos o quistes, endometriosis profunda con síntomas que no cedan con el tratamiento médico o afectación orgánica importante, siempre informando a la paciente que el tratamiento quirúrgico, especialmente en el caso de los endometriomas ováricos, puede disminuir la reserva ovárica. Si se realiza una intervención quirúrgica se ha de intentar ser conservador y realizarlo con un equipo especializado.
