Uno de los suplementos vitamínicos mas conocidos paras las mujeres que se quieren quedar embarazadas es sin duda el ácido fólico, que sirve para disminuir el riesgo de defectos del tubo neural.
Se recomienda el inicio de la ingesta de suplementos de ácido fólico como mínimo un mes antes de la gestación. Se ha considerado siempre que la dieta mediterránea (normalmente rica en frutas y verduras) está repleta de sustancias denominadas folatos, que son de la misma familia que el ácido fólico. Pero hay que tener en cuenta que con el cambio de hábitos alimentarios de la población se está abandonando la dieta sana mediterránea, empeorando nuestra ingesta de estas sustancias.
La gran mayoría de las mujeres que desean un embarazo, cumplen con las recomendaciones médicas y llevan una dieta sana rica en folatos, deben tomar un suplemento con ácido fólico como mínimo un mes antes de la concepción. Su consumo ha de mantenerse durante todo el embarazo y prolongarse durante el posparto o puerperio (entre cuatro y seis semanas), o durante todo el periodo de lactancia materna, si esta se prolonga más. La dosis recomendada oscila entre 0.4 mg a 1 mg al día de ácido fólico.
Para las mujeres con factores de riesgo para tener un hijo con un defecto del tubo neural (pacientes con diabetes en tratamiento con insulina, pacientes epilépticas con determinados tratamientos médicos, mujeres con obesidad o con antecedentes familiares de defectos del tubo neural), se les debe recomendar una dieta sana y añadir un suplemento de ácido fólico desde dos o tres meses antes de la concepción. En este caso, la dosis debe ser mayor, se recomienda 5 mg hasta la semana 12 de gestación aproximadamente. Posteriormente, puede emplearse un suplemento convencional con 0.4 a 1mg de ácido fólico.
Hay otras vitaminas y suplementos que, habitualmente, se recomiendan a las mujeres que buscan un embarazo. Sin embargo, estas no son necesarias si tienen una dieta variada y una vida sana. Entre los más utilizados encontramos la Vitamina D y el Yodo.
La mayoría de guías clínicas y documentos de consenso de los programas de prevención concuerdan que la suplementación universal con comprimidos de yodo antes del embarazo y durante la gestación y la lactancia materna no está normalmente justificada en países como España en los que se suele utilizar sal yodada, leche y derivados lácteos. Con estos elementos es posible cubrir las necesidades en la gestación y lactancia. La suplementación farmacológica durante el embarazo y la lactancia podría realizarse, como una medida temporal, en las áreas donde haya evidencia clara de yodo deficiencia en la población o para mujeres que no toman leche ni derivados lácteos y que no consuman sal yodada.