El útero bicorne es una rara malformación congénita del útero. Pertenece al grupo de malformaciones mulerianas y aparece en aprox. 0.1-0.6% de las mujeres. Se caracteriza por una división interna del útero que puede llegar hasta el cuello uterino. Se puede diferenciar entre útero bicorne unicollis (dos cuernos, un cuello uterino) y útero bicorne bicollis (dos cuernos y dos cuellos uterinos).
Para el diagnóstico se emplea habitualmente la ecografía 2D y 3D, la histerosalpingografía, la histeroscopia y otras técnicas de imagen como la resonancia magnética. Se pueden ver diferencias en el desarrollo entre ambos cuernos, por ejemplo, un cuerno menos desarrollado o casi atrófico, aunque también es posible que ambos cuernos tengan un aspecto normal de endometrio y miometrio. En general, el útero bicorne no precisa de un tratamiento específico.
Normalmente, las mujeres con útero bicorne pueden quedarse embarazadas de forma natural o tras técnicas de reproducción asistida. En ambos casos, se recomienda seguir un control más estrecho de lo habitual durante el embarazo, ya que puede estar incrementado el riesgo de aborto, parto pretérmino, rotura prematura de las membranas u otras complicaciones obstétricas. También se puede observar un aumento de presentaciones fetales anómalas, por ejemplo, presentación de nalgas o transversal, que puede aumentar la tasa de parto vía cesárea.
Cuando se realiza una FIV a una paciente con útero bicorne hay que tener en cuenta varios factores para aumentar las posibilidades de embarazo. Durante las ecografías tenemos que controlar muy bien el grosor y el aspecto endometrial de ambos cuernos. Puede haber diferencias entre el desarrollo endometrial en ambos cuernos y es importante identificar el lado que puede ofrecer mejores posibilidades para albergar el embarazo. También existe la posibilidad de realizar una histeroscopia antes de empezar la estimulación, para verificar que cuerno uterino es mejor para recibir el embrión.
La transferencia embrionaria se debe realizar con control ecográfico vía vaginal o abdominal y se debe dejar el embrión en el lado bueno, con las mejores condiciones para el embarazo, en un endometrio de buen grosor. Recomendamos la transferencia de un solo embrión para evitar complicaciones obstétricas que podrían estar relacionadas con un embarazo múltiple.
